Page 152 - Manual de Urgencias Pediatría Virgen del Rocío
P. 152
Partes 1-214 4/7/07 11:41 Página 137
Intoxicaciones 137
El carbón debe administrarse tras el lavado gástrico. Está contraindicado en
las ingestas cáusticas.
Una vez el tóxico ya se ha absorbido totalmente, la administración cada 2 horas
de carbón activado puede adsorber una parte de algunos tóxicos o sus metabolitos
activos presentes en el tubo digestivo por eliminación biliar o por retrodifusión a la luz
intestinal desde el espacio vascular, logrando aumentar su aclaración. Esta denomina-
da diálisis gastrointestinal es válida para las siguientes sustancias: digoxina, fenobarbi-
tal, teofilina, carbamacepina, difenilhidantoína, fenilbutazona y amanitinas.
Las sustancias neutralizantes tienen una eficacia limitada y no controlada; su uso
en Pediatría debe considerarse histórico y obsoleto.
Los catárticos se administran con la pretensión de aumentar el peristaltismo y
eliminar el tóxico que pudiera permanecer en la luz intestinal. Su uso no está justi-
ficado por ningún estudio controlado, estando indicada su administración después
de una dosis de carbón activado, o en el llamado lavado intestinal.
Se utilizan manitol, sorbitol y, en ocasiones, el sulfato sódico o de magnesio
(30 g/4 horas según respuesta).
La irrigación intestinal con polietilenglicol, a pesar de la poca experiencia, pare-
ce útil frente a algunas intoxicaciones potencialmente severas (sales de hierro, sus-
tancias con preparación galénica “retard”). Se utiliza la solución evacuante Bohm
(sobres de 17,5 g para disolver en 250 ml), administrando 3.000-4.000 ml (en adul-
tos) a través de sonda nasogástrica, en 3 horas.
Caso especial de ingesta cáustica
Se consideran aquellas sustancias con acción cáustica local y con nula o pobre
absorción. En este caso no hay que eliminar una absorción que no se produce,
sino paliar un efecto corrosivo.
El mejor remedio es la dilución con agua y leche (pequeñas cantidades,frecuen-
tes, si la deglución se halla preservada).Alternativamente puede usarse agua albu-
minosa (un litro de agua con 6 claras de huevo batidas). No se debe intentar neu-
tralizar un ácido con un álcali,aunque sea débil,ni viceversa,por la reacción exotérmica
que puede inducir.
Indicaciones para administrar leche
La leche es considerada a nivel popular como un antídoto universal. En reali-
dad, su administración facilita la absorción del tóxico por apertura del píloro, como
ocurriría con cualquier líquido y además,su contenido en grasa incrementa la absor-
ción de muchos tóxicos a nivel intestinal.
En cambio, al igual que el agua, la leche es útil como diluyente en las ingestas
cáusticas, como se ha referido anteriormente, ayudado por su componente pro-
teico. Igualmente tiene aplicación por su contenido en calcio, como primera medi-
da terapéutica para contrarrestar la quelación cálcica que producen algunos tóxi-
cos:ácido oxálico (contenido en algunas lejías industriales,limpiadores y abrillantadores
del suelo), fluoruros (rodenticidas, protectores de madera, industria metalúrgica) y
algún otro producto de aplicación doméstica que pueda contener algún quelante
cálcico.
Intoxicaciones 137
El carbón debe administrarse tras el lavado gástrico. Está contraindicado en
las ingestas cáusticas.
Una vez el tóxico ya se ha absorbido totalmente, la administración cada 2 horas
de carbón activado puede adsorber una parte de algunos tóxicos o sus metabolitos
activos presentes en el tubo digestivo por eliminación biliar o por retrodifusión a la luz
intestinal desde el espacio vascular, logrando aumentar su aclaración. Esta denomina-
da diálisis gastrointestinal es válida para las siguientes sustancias: digoxina, fenobarbi-
tal, teofilina, carbamacepina, difenilhidantoína, fenilbutazona y amanitinas.
Las sustancias neutralizantes tienen una eficacia limitada y no controlada; su uso
en Pediatría debe considerarse histórico y obsoleto.
Los catárticos se administran con la pretensión de aumentar el peristaltismo y
eliminar el tóxico que pudiera permanecer en la luz intestinal. Su uso no está justi-
ficado por ningún estudio controlado, estando indicada su administración después
de una dosis de carbón activado, o en el llamado lavado intestinal.
Se utilizan manitol, sorbitol y, en ocasiones, el sulfato sódico o de magnesio
(30 g/4 horas según respuesta).
La irrigación intestinal con polietilenglicol, a pesar de la poca experiencia, pare-
ce útil frente a algunas intoxicaciones potencialmente severas (sales de hierro, sus-
tancias con preparación galénica “retard”). Se utiliza la solución evacuante Bohm
(sobres de 17,5 g para disolver en 250 ml), administrando 3.000-4.000 ml (en adul-
tos) a través de sonda nasogástrica, en 3 horas.
Caso especial de ingesta cáustica
Se consideran aquellas sustancias con acción cáustica local y con nula o pobre
absorción. En este caso no hay que eliminar una absorción que no se produce,
sino paliar un efecto corrosivo.
El mejor remedio es la dilución con agua y leche (pequeñas cantidades,frecuen-
tes, si la deglución se halla preservada).Alternativamente puede usarse agua albu-
minosa (un litro de agua con 6 claras de huevo batidas). No se debe intentar neu-
tralizar un ácido con un álcali,aunque sea débil,ni viceversa,por la reacción exotérmica
que puede inducir.
Indicaciones para administrar leche
La leche es considerada a nivel popular como un antídoto universal. En reali-
dad, su administración facilita la absorción del tóxico por apertura del píloro, como
ocurriría con cualquier líquido y además,su contenido en grasa incrementa la absor-
ción de muchos tóxicos a nivel intestinal.
En cambio, al igual que el agua, la leche es útil como diluyente en las ingestas
cáusticas, como se ha referido anteriormente, ayudado por su componente pro-
teico. Igualmente tiene aplicación por su contenido en calcio, como primera medi-
da terapéutica para contrarrestar la quelación cálcica que producen algunos tóxi-
cos:ácido oxálico (contenido en algunas lejías industriales,limpiadores y abrillantadores
del suelo), fluoruros (rodenticidas, protectores de madera, industria metalúrgica) y
algún otro producto de aplicación doméstica que pueda contener algún quelante
cálcico.