Page 359 - Manual de Urgencias Pediatría Virgen del Rocío
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344 J. Martín-Govantes, M.Anchóriz
Medidas generales
Existen una serie de medidas generales que van a disminuir el riesgo de colo-
nización y proliferación bacteriana en la región perineal y así su ascenso retrógrado
hacia la vejiga:
• Hidratación correcta: oral o en su defecto intravenosa, con el fin de estimular
el vaciamiento frecuente de la vejiga.
• Corrección de los factores favorecedores locales (mala higiene genitoperineal,
vulvovaginitis, balanitis, sinequias, fimosis, oxiuros, etc.).
• Evitar irritantes locales (ropas ajustadas, baños de espuma, cremas, pañales de
celulosa que impiden una adecuada transpiración, etc.).
• Corregir estreñimiento habitual.
• Potenciar un correcto hábito miccional (intervalos adecuados, micciones com-
pletas, dobles micciones, etc.).
• Tratamiento sintomático si precisa: analgésicos, antitérmicos, etc.
Antibioterapia
¿Cuándo debemos iniciar la antibioterapia?
Por regla general, ante la sospecha clínica y analítica fundamentada de ITU
y una vez tomada la muestra de orina para cultivo y resto de las muestras para
los estudios analíticos complementarios necesarios, la antibioterapia empírica
se debe iniciar inmediatamente, dada la asociación entre retraso del tratamien-
to y el daño renal secundario. Estudios clínicos y experimentales han demostra-
do que los cambios inflamatorios del parénquima renal secundarios a una PNA
son reversibles muchas veces con un tratamiento precoz antibacteriano; sin embar-
go, el retraso en la administración de este tratamiento es un factor decisivo en
el desarrollo de cicatrices renales que puede conducir a la HTA y a la insufi-
ciencia renal crónica.
No obstante,en niños pequeños afebriles con síntomas inespecíficos (anorexia,
fallo de medro, etc.) y sedimento poco demostrativo, y en niñas con síntomas suge-
rentes de disfunción vesical y sedimento normal, el tratamiento antibiótico puede
retrasarse hasta obtener el resultado del urocultivo.
¿Con qué antibiótico iniciamos el tratamiento empírico?
Se debe escoger el antibiótico en función de los gérmenes más frecuentes,
del mapa de sensibilidades de cada zona, de la edad y de la situación clínica del
paciente, teniendo en cuenta la farmacodinamia y la farmacocinética del antimi-
crobiano.
Es importante poder contar con un Informe de sensibilidades a agentes antimi-
crobianos de nuestra zona sanitaria, información de la que ya disponen otras áreas
(Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba).
Los estudios de metaanálisis realizados hasta el momento no ofrecen datos dis-
ponibles que indiquen:
• Si los antibióticos orales con excepción de la cefixima son tan eficaces como
los antibióticos intravenosos para el tratamiento inicial.
344 J. Martín-Govantes, M.Anchóriz
Medidas generales
Existen una serie de medidas generales que van a disminuir el riesgo de colo-
nización y proliferación bacteriana en la región perineal y así su ascenso retrógrado
hacia la vejiga:
• Hidratación correcta: oral o en su defecto intravenosa, con el fin de estimular
el vaciamiento frecuente de la vejiga.
• Corrección de los factores favorecedores locales (mala higiene genitoperineal,
vulvovaginitis, balanitis, sinequias, fimosis, oxiuros, etc.).
• Evitar irritantes locales (ropas ajustadas, baños de espuma, cremas, pañales de
celulosa que impiden una adecuada transpiración, etc.).
• Corregir estreñimiento habitual.
• Potenciar un correcto hábito miccional (intervalos adecuados, micciones com-
pletas, dobles micciones, etc.).
• Tratamiento sintomático si precisa: analgésicos, antitérmicos, etc.
Antibioterapia
¿Cuándo debemos iniciar la antibioterapia?
Por regla general, ante la sospecha clínica y analítica fundamentada de ITU
y una vez tomada la muestra de orina para cultivo y resto de las muestras para
los estudios analíticos complementarios necesarios, la antibioterapia empírica
se debe iniciar inmediatamente, dada la asociación entre retraso del tratamien-
to y el daño renal secundario. Estudios clínicos y experimentales han demostra-
do que los cambios inflamatorios del parénquima renal secundarios a una PNA
son reversibles muchas veces con un tratamiento precoz antibacteriano; sin embar-
go, el retraso en la administración de este tratamiento es un factor decisivo en
el desarrollo de cicatrices renales que puede conducir a la HTA y a la insufi-
ciencia renal crónica.
No obstante,en niños pequeños afebriles con síntomas inespecíficos (anorexia,
fallo de medro, etc.) y sedimento poco demostrativo, y en niñas con síntomas suge-
rentes de disfunción vesical y sedimento normal, el tratamiento antibiótico puede
retrasarse hasta obtener el resultado del urocultivo.
¿Con qué antibiótico iniciamos el tratamiento empírico?
Se debe escoger el antibiótico en función de los gérmenes más frecuentes,
del mapa de sensibilidades de cada zona, de la edad y de la situación clínica del
paciente, teniendo en cuenta la farmacodinamia y la farmacocinética del antimi-
crobiano.
Es importante poder contar con un Informe de sensibilidades a agentes antimi-
crobianos de nuestra zona sanitaria, información de la que ya disponen otras áreas
(Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba).
Los estudios de metaanálisis realizados hasta el momento no ofrecen datos dis-
ponibles que indiquen:
• Si los antibióticos orales con excepción de la cefixima son tan eficaces como
los antibióticos intravenosos para el tratamiento inicial.