Page 218 - Manual deTécnicas y Procedimientos en Urgéncias de Pediatría para enfermería y medicina
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IV.6. Reducción hernia inguinal
M. de Ceano-Vivas de la Calle , L. Martínez Martínez 2
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1 Pediatra. Urgencias de Pediatría. Hospital Universitario
Puerta de Hierro Majadahonda. Madrid. Cirujano Pediátrico.
2
Hospital Infantil Universitario La Paz. Madrid.
DEFINICIÓN
La hernia inguinal es la protrusión a través del orificio inguinal externo de
vísceras abdominales. Su expresión clínica es la presencia de una tumoración en
la ingle (hernia inguinal) o en el escroto (hernia inguinoescrotal) y su conteni-
do puede ser intestino delgado, epiplon, apéndice ileocecal, intestino grueso,
un divertículo de Meckel o, en las niñas, el ovario, la trompa de Falopio o un
cuerno uterino.
La hernia inguinal es la patología quirúrgica más frecuente en la infancia,
afectando a un 2-4% de los niños, porcentaje que aumenta hasta un 9-11%
en los prematuros. Es más frecuente en varones y en el lado derecho.
Una hernia está incarcerada cuando no se reduce con la manipulación,
esto ocurre en un 10-15% de las hernias, especialmente en los menores de 1
año. Los prematuros tienen mayor riesgo de incarceración (hasta de un 30%).
Se habla de hernia estrangulada cuando hay compromiso vascular del con-
tenido de una hernia incarcerada, que si se prolonga puede acabar en necrosis
de la víscera, y perforación si es el intestino.
En la infancia las hernias inguinales están causadas siempre por la persis-
tencia del conducto peritoneo-vaginal, que al permanecer permeable, permite
la salida del contenido abdominal hacia la región inguinal. Por este motivo, dichas
hernias son denominadas indirectas, al contrario que en los adultos en los que
la debilidad de la pared muscular ocasiona una presencia directa del conteni-
do en la ingle o en el escroto.
La clínica siempre es la presencia de una tumoración en la región ingui-
nal, en la línea que va desde la espina ilíaca anterosuperior al escroto o al labio
mayor (Figs. 1 y 2). Siempre que esta tumoración sea visible, hay que asegurar
que no se trata del testículo en los varones, pues su ascenso al canal inguinal
puede simular una hernia.
La mayoría de las veces la tumoración no está presente en el momento de
la exploración, por lo que el testimonio de los padres o cuidadores es funda-
mental. Cuando la hernia no es visible a la exploración, hay que intentar poner-
la de manifiesto con maniobras de Valsalva.
La hernia incarcerada asocia dolor con llanto e irritabilidad y, en ocasio-
nes, vómitos y afectación del estado general. Se trata de una tumoración ingui-
nal o inguino-escrotal dolorosa y de difícil reducción, habitualmente en un lac-