Page 49 - Semiología Básica y Procedimientos Comunes en Urgencias Pediatricas
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30 EXPLORACIÓN POR APARATOS
Siempre debe preceder a la palpación y percusión ya que pueden alterar la frecuencia
e intensidad de los ruidos hidroaéreos.
En ocasiones se pueden auscultar soplos correspondientes a fístulas arteriovenosas.
Percusión abdominal
En condiciones normales, la percusión abdominal produce un sonido más o menos
timpánico en casi todo el abdomen y un sonido más mate en las regiones donde se en-
cuentran las vísceras abdominales. Si el timpanismo es muy llamativo y adquiere un timbre
metálico, puede tratarse de meteorismo. Por el contrario, la matidez pone de manifi esto
la interposición de una masa sólida o bien de un líquido a tensión.
Se deben percutir todas las regiones del abdomen.
Palpación abdominal
El paciente debe estar en decúbito supino, preferiblemente con las piernas fl exiona-
das para conseguir una completa relajación de la musculatura abdominal. La exploración
se efectúa con las manos calientes, superpuestas una encima de la otra y extendidas,
haciendo una presión suave sobre el abdomen. A veces en el niño pequeño es sufi ciente
la palpación monomanual.
Es conveniente realizar la palpación por cuadrantes y es preferible comenzar por las
partes no dolorosas para evitar defensa.
Debe seguirse una sistemática fi ja para no olvidar ninguna zona. Se realizará inicial-
mente una palpación superfi cial, localizando los puntos dolorosos y evaluando si la pared
abdominal es depresible. A continuación se efectuará una palpación profunda mediante
la cual se identifi carán con más detalle las estructuras intraabdominales, buscando la
existencia de organomegalias y masas.
Si existe dolor es necesario precisar su localización, irradiación y maniobras que lo
aumentan o disminuyen.
• Palpación del hígado: generalmente se realiza con el paciente en decúbito supino y
se palpa con una o ambas manos progresando por hemiabdomen derecho desde
la cresta ilíaca hacia arriba. Si el niño es colaborador se le puede pedir que inspi-
re profundamente para relajar la musculatura abdominal y facilitar la maniobra. La
palpación permite, además de delimitar el borde inferior y valorar la hepatomegalia,
apreciar la consistencia, superfi cie y sensibilidad. La medición del tamaño del hígado
se hace en centímetros valorando la distancia desde el reborde costal inferior hasta
el borde inferior del hígado. También conviene explorar el hipocondrio izquierdo para
ver si la hepatomegalia afecta a ambos lóbulos.
Hay que tener en cuenta que hasta los 6 meses de edad es posible apreciar el
borde hepático a 2-3,5 cm bajo el reborde costal, entre los 6 meses y 4 años puede
alcanzar hasta 2-3 cm y entre los 4 y 12 años lo habitual es que no sea palpable,
pero puede ser normal hasta 2 cm.
• Palpación del bazo: es de interés en pediatría por el predomino en la edad infantil
de enfermedades que afectan a éste órgano.
Se palpa con una o ambas manos ascendiendo por hipocondrio izquierdo y buscando
el polo inferior del bazo.
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