Page 620 - Motivos de Consulta en Urgencias Pediátricas
P. 620
Libro_2: Manual 408pag 28/3/11 16:01 Página 595
QUEMADURAS
tenerse en al menos 1 ml/Kg/h. En niños mayores de 2 años la diuresis
debería encontrarse entre 20-30 ml/hora.
Solicitar analítica de forma urgente. Hemograma, ionograma, cooxi-
metría, coagulación, urea y creatinina. Cultivos si se considera iniciar anti-
bioterapia empírica.
Valoración secundaria
Tratamiento local
Analgesia. El dolor de un paciente quemado en las primeras horas es
inversamente proporcional a la severidad de la quemadura. Antes de iniciar
la cura de la quemadura debe iniciarse una analgesia eficaz. En los casos leves
puede bastar analgésicos menores como el paracetamol (10-20 mg/Kg/dosis)
o el metamizol magnésico (20-40 mg/Kg/dosis). En casos severos, el fárma-
co de elección es la morfina (0,1-0,2 mg/Kg/dosis sc cada 2-4 horas; 0,02-
0,15 mg/Kg/hora en infusión continua).
Cura tópica de la quemadura. El tratamiento va encaminado a conse-
guir una reepitelización definitiva precoz, disminuyendo la pérdida de calor,
agua y electrólitos, y actuar como barrera frente a microorganismos exóge-
nos. A su vez la cura tópica disminuye los estímulos dolorosos. Se deben evi-
tar los vendajes restrictivos e inelásticos:
• Limpieza y desbridamiento: eliminación de cuerpos extraños, flictenas
y tejidos necróticos con la finalidad de obtener una superficie limpia y un
buen lecho receptor. Lavado con suero salino, y cobertura con gasas o
apósitos estériles y secos (evitar la hipotermia).
• Antibioterapia tópica: más efectiva que la sistémica debido a la escasa o
nula vascularización de las zonas quemadas. Los más utilizados son la nitro-
furazona (Furacín®) y la sulfadiacina argéntica (Silvederma®) en cura oclu-
siva estéril tras un desbridamiento cuidadoso. En niños menores de dos
meses es aconsejable utilizar ácido fusídico (Furacín®). Constituyen una
excepción las quemaduras faciales y perineales que requieren cura exposi-
tiva. Las quemaduras de primer grado no precisan antibioterapia tópica. Se
manejan con un corticoide local de baja potencia durante 24-48 horas.
Profilaxis antibiótica. No está indicada como medida inicial, excepto en
las quemaduras eléctricas y las producidas por congelación. No obstante si
existe una situación clínica de infección o algún otro motivo que lo justifique
(p. ej., su ingreso en una unidad de quemados) podría obtenerse cultivo anti-
biograma y comenzar tratamiento sistémico.
Profilaxis antitetánica.
Profilaxis de la úlcera de estrés. Omeprazol (1 mg/Kg/día) o ranitidina
(1 mg/Kg/6 h).
Elevación de la región afecta para evitar el edema. Consultar con el Ser-
vicio de Cirugía Plástica para la valoración de necesidad de escarotomías
y/o fasciotomías de descarga en quemaduras profundas o circulares que pue-
dan desencadenar un síndrome compartimental.
595
QUEMADURAS
tenerse en al menos 1 ml/Kg/h. En niños mayores de 2 años la diuresis
debería encontrarse entre 20-30 ml/hora.
Solicitar analítica de forma urgente. Hemograma, ionograma, cooxi-
metría, coagulación, urea y creatinina. Cultivos si se considera iniciar anti-
bioterapia empírica.
Valoración secundaria
Tratamiento local
Analgesia. El dolor de un paciente quemado en las primeras horas es
inversamente proporcional a la severidad de la quemadura. Antes de iniciar
la cura de la quemadura debe iniciarse una analgesia eficaz. En los casos leves
puede bastar analgésicos menores como el paracetamol (10-20 mg/Kg/dosis)
o el metamizol magnésico (20-40 mg/Kg/dosis). En casos severos, el fárma-
co de elección es la morfina (0,1-0,2 mg/Kg/dosis sc cada 2-4 horas; 0,02-
0,15 mg/Kg/hora en infusión continua).
Cura tópica de la quemadura. El tratamiento va encaminado a conse-
guir una reepitelización definitiva precoz, disminuyendo la pérdida de calor,
agua y electrólitos, y actuar como barrera frente a microorganismos exóge-
nos. A su vez la cura tópica disminuye los estímulos dolorosos. Se deben evi-
tar los vendajes restrictivos e inelásticos:
• Limpieza y desbridamiento: eliminación de cuerpos extraños, flictenas
y tejidos necróticos con la finalidad de obtener una superficie limpia y un
buen lecho receptor. Lavado con suero salino, y cobertura con gasas o
apósitos estériles y secos (evitar la hipotermia).
• Antibioterapia tópica: más efectiva que la sistémica debido a la escasa o
nula vascularización de las zonas quemadas. Los más utilizados son la nitro-
furazona (Furacín®) y la sulfadiacina argéntica (Silvederma®) en cura oclu-
siva estéril tras un desbridamiento cuidadoso. En niños menores de dos
meses es aconsejable utilizar ácido fusídico (Furacín®). Constituyen una
excepción las quemaduras faciales y perineales que requieren cura exposi-
tiva. Las quemaduras de primer grado no precisan antibioterapia tópica. Se
manejan con un corticoide local de baja potencia durante 24-48 horas.
Profilaxis antibiótica. No está indicada como medida inicial, excepto en
las quemaduras eléctricas y las producidas por congelación. No obstante si
existe una situación clínica de infección o algún otro motivo que lo justifique
(p. ej., su ingreso en una unidad de quemados) podría obtenerse cultivo anti-
biograma y comenzar tratamiento sistémico.
Profilaxis antitetánica.
Profilaxis de la úlcera de estrés. Omeprazol (1 mg/Kg/día) o ranitidina
(1 mg/Kg/6 h).
Elevación de la región afecta para evitar el edema. Consultar con el Ser-
vicio de Cirugía Plástica para la valoración de necesidad de escarotomías
y/o fasciotomías de descarga en quemaduras profundas o circulares que pue-
dan desencadenar un síndrome compartimental.
595