Page 293 - Manual deTécnicas y Procedimientos en Urgéncias de Pediatría para enfermería y medicina
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272 Técnicas y procedimientos traumatología
En cualquier caso, es imprescindible seguir las instrucciones del fabricante
para tomar la medida necesaria, según el paciente, y hacer uso del modelo o
del ajuste adecuado a cada situación. En general, el tamaño se elige tras com-
parar la distancia entre clavícula y mentón, usando los dedos del interviniente
como unidad de medida. Siempre ha de tenerse en cuenta, al elegir el tamaño
del collar cervical, que es vital poder acceder a la boca abierta del paciente para
mantener un adecuado control de la vía aérea. Resulta también muy convenien-
te que dispongan de abertura o acceso para control de pulso carotídeo y posi-
bilidad de realizar maniobras avanzadas sobre la tráquea.
2. Inmovilizadores cervicales laterales
Una vez instalado el collar cervical, es necesario hacer uso de algún meca-
nismo que mantenga el eje cabeza-cuello, evitando los movimientos de
giro y lateralización. Existen en el mercado diferentes sistemas, incluso dese-
chables, aunque probablemente el más utilizado sea el conocido como “Dama
de Elche”, que consiste en un soporte rígido, ligeramente acolchado, al
que se adhieren dos cuerpos de material de espuma de alta densidad, que
se sitúan a ambos lados de la cabeza, evitando el movimiento de la misma.
El conjunto de soporte e inmovilizadores laterales se acopla, a su vez, median-
te correas a la tabla de inmovilización espinal. Es necesario que el material
que haga las veces de inmovilizador lateral posea orificios a nivel auricular
que permitan la comunicación con el niño accidentado, así como la observa-
ción de posible presencia de fluidos en conducto auditivo (sangre, LCR). Es
imprescindible la radiotransparencia de todos los componentes que integran
el conjunto (Fig. 3).
3. Tabla de inmovilización espinal
Básicamente consiste en un soporte rígido de madera y, en la actualidad,
con más frecuencia de polímero plástico de alta densidad, que permite man-
tener alineado el eje cabeza, cuello, tronco y extremidades.
El mercado actual ofrece múltiples opciones que reúnen los requisitos fun-
damentales:
- Material radiotransparente al 100%.
- Fácil limpieza y mantenimiento.
- Asas ergonómicas que faciliten el manejo y aberturas que permitan el uso
de correas o anclajes.
El tamaño viene dado por las necesidades. Las de adulto oscilan alrededor
de 190 cm de largo por 45 cm de ancho, y pueden usarse en adolescentes. El
ancho no debe nunca superar los 50 cm, para facilitar el uso de la tabla den-
tro de la TAC o RMN.
Para uso pediátrico hay una característica especial. Además del menor tama-
ño, longitud aproximada de 140 cm, deben disponer necesariamente de una
depresión a nivel occipital, sea escalón u orificio que permita la correcta aline-
ación de la cabeza del menor, más prominente y que sobre un plano recto
ocasionaría la flexión forzada del cuello, con el consiguiente riesgo de agrava-
En cualquier caso, es imprescindible seguir las instrucciones del fabricante
para tomar la medida necesaria, según el paciente, y hacer uso del modelo o
del ajuste adecuado a cada situación. En general, el tamaño se elige tras com-
parar la distancia entre clavícula y mentón, usando los dedos del interviniente
como unidad de medida. Siempre ha de tenerse en cuenta, al elegir el tamaño
del collar cervical, que es vital poder acceder a la boca abierta del paciente para
mantener un adecuado control de la vía aérea. Resulta también muy convenien-
te que dispongan de abertura o acceso para control de pulso carotídeo y posi-
bilidad de realizar maniobras avanzadas sobre la tráquea.
2. Inmovilizadores cervicales laterales
Una vez instalado el collar cervical, es necesario hacer uso de algún meca-
nismo que mantenga el eje cabeza-cuello, evitando los movimientos de
giro y lateralización. Existen en el mercado diferentes sistemas, incluso dese-
chables, aunque probablemente el más utilizado sea el conocido como “Dama
de Elche”, que consiste en un soporte rígido, ligeramente acolchado, al
que se adhieren dos cuerpos de material de espuma de alta densidad, que
se sitúan a ambos lados de la cabeza, evitando el movimiento de la misma.
El conjunto de soporte e inmovilizadores laterales se acopla, a su vez, median-
te correas a la tabla de inmovilización espinal. Es necesario que el material
que haga las veces de inmovilizador lateral posea orificios a nivel auricular
que permitan la comunicación con el niño accidentado, así como la observa-
ción de posible presencia de fluidos en conducto auditivo (sangre, LCR). Es
imprescindible la radiotransparencia de todos los componentes que integran
el conjunto (Fig. 3).
3. Tabla de inmovilización espinal
Básicamente consiste en un soporte rígido de madera y, en la actualidad,
con más frecuencia de polímero plástico de alta densidad, que permite man-
tener alineado el eje cabeza, cuello, tronco y extremidades.
El mercado actual ofrece múltiples opciones que reúnen los requisitos fun-
damentales:
- Material radiotransparente al 100%.
- Fácil limpieza y mantenimiento.
- Asas ergonómicas que faciliten el manejo y aberturas que permitan el uso
de correas o anclajes.
El tamaño viene dado por las necesidades. Las de adulto oscilan alrededor
de 190 cm de largo por 45 cm de ancho, y pueden usarse en adolescentes. El
ancho no debe nunca superar los 50 cm, para facilitar el uso de la tabla den-
tro de la TAC o RMN.
Para uso pediátrico hay una característica especial. Además del menor tama-
ño, longitud aproximada de 140 cm, deben disponer necesariamente de una
depresión a nivel occipital, sea escalón u orificio que permita la correcta aline-
ación de la cabeza del menor, más prominente y que sobre un plano recto
ocasionaría la flexión forzada del cuello, con el consiguiente riesgo de agrava-