Page 278 - Manual deTécnicas y Procedimientos en Urgéncias de Pediatría para enfermería y medicina
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Quemaduras 257

TABLA IV. Criterios de traslado a un centro de quemados

1. Quemaduras de segundo grado > 10% SCT (superficie corporal total)
2. Quemaduras que afecten a la cara, manos, pies, genitales, perineo o
articulaciones mayores.
3. Quemaduras de tercer grado en cualquier grupo de edad.
4. Quemaduras eléctricas.
5. Quemaduras químicas.
6. Lesiones por inhalación.
7. Quemaduras en pacientes con antecedentes médicos que podrían complicar el
manejo, retrasar la recuperación o afectar a la mortalidad.
8. Niños quemados en hospitales que no tengan el personal ni el material
cualificado para el cuidado del niño.
9. Niños quemados que precisen un apoyo emocional y social especial o una
rehabilitación prolongada.
10. Pacientes con lesiones concomitantes (como fracturas), si la quemadura es la lesión
de mayor morbi-mortalidad. En los casos en que la otra lesión tenga mayor riesgo
inicial, se estabilizará primero y luego será trasladado al centro de quemados.




– En los pacientes con quemaduras extensas está indicado el uso de opiáce-
os (cloruro mórfico o fentanilo).
– Para la realización de procedimientos de desbridamiento estará indicada
la realización de sedoanalgesia con ketamina o fentanilo+midazolam.

2. Limpieza
– Ha de limpiarse la herida con un jabón suave y agua, evitando el uso de
desinfectantes, ya que pueden inhibir el proceso de cicatrización. Siempre
se utilizarán guantes estériles.
– En el caso de quemadura química, se debe irrigar la herida copiosamente
con suero salino. Los agentes neutralizantes no están indicados. En el caso
de quemaduras por ácido fluorhídrico, después de la irrigación se debe apli-
ca gluconato cálcico tópico o intravenoso por el riesgo de hipocalcemia.

3. Desbridamiento
– La piel necrótica y desprendida, incluyendo las flictenas rotas y restos orgá-
nicos (pelo), deben ser retiradas. En general, inicialmente los desbridamien-
tos extensos no son necesarios y se deberían realizar de forma diferida.
– Flictenas: las ampollas que estén rotas han de ser retiradas, pero el mane-
jo higiénico de las lesiones intactas es origen de controversia. La aspira-
ción con aguja del contenido de las ampollas nunca ha de llevarse a cabo,
debido al riesgo de infección. Cuando la rotura es inminente o el líquido es
turbio, se recomienda retirar la cubierta de las ampollas.
– Aquellas ampollas que no se reabsorben durante semanas, indican la posi-
bilidad de una quemadura más profunda de lo que inicialmente se había
pensado, y deben ser derivadas a un cirujano.
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