Page 195 - Manual deTécnicas y Procedimientos en Urgéncias de Pediatría para enfermería y medicina
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174 Técnicas y procedimientos gastrointestinales


Subagudas o crónicas
– Desequilibrios hidroelectrolíticos.
– Infección de las vías aéreas superiores en sondas de larga duración.
– Otitis media.
– Escara de aleta nasal.
– Obstrucción de la sonda.
– Fístula traqueoesofágica.
– Estenosis esofágica.
– Úlceras gástricas o esofágicas.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
– La capacidad de hablar y la presencia de síntomas respiratorios: a
pesar de que tradicionalmente se ha considerado que la ausencia de sín-
tomas respiratorios (tos, dificultad respiratoria y cianosis) y que el paciente
conserve la capacidad de hablar, son indicativos de que la sonda no está
colocada en el aparato respiratorio, se han descrito casos de pacientes
con déficits neurológicos y sensoriales que no manifestaban síntomas a pesar
de tener la sonda ubicada a nivel pulmonar. La valoración del niño, por tan-
to, debe ser permanente
– Características del aspirado: en niños pequeños y con sondas de bajo
calibre, puede no obtenerse contenido gástrico debido al colapso de la son-
da al realizar aspirado gástrico.
– Burbujeo: este método puede ser fiable siempre y cuando la sonda esté
colocada en carina; sin embargo, las probabilidades de que no salga aire
son altas si la sonda está insertada más allá. El burbujeo puede no produ-
cirse si la sonda está obstruida por secreciones o la punta hace pared en una
mucosa. Los accesos de tos y el aire del estómago en pacientes intubados
o que han precisado resucitador manual pueden dar falsos positivos si la
sonda está colocada en el esófago.
– Tener siempre a mano la bolsa resucitadora con mascarilla y algún
tipo de monitorización antes de realizar el sondaje: estar siempre pre-
parado por la posible aparición de efectos vagales.
– Presión de aspiración: hay que usar la menor presión de aspiración que
permita descomprimir el estómago de manera eficaz. Los límites de pre-
sión recomendados son: neonatos 10-40 mmHg, niños mayores 40-60
mmHg.
– En casos de intoxicación: en estos casos, es fundamental que el tóxico no
progrese por aparato digestivo por lo que la posición más adecuada del niño
es en decúbito lateral izquierdo. Intentar que tanto la inserción de la sonda
como el lavado gástrico se hagan con el niño colocado en esa posición, con
el cabecero de la cama bajado.
– En el caso de sondas con fiador: no se debe reintroducir el fiador una vez
que se haya sacado de la sonda por el riesgo de perforación de la pared
de la sonda y la lesión de estructuras anatómicas del paciente.
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