Page 198 - Manual de Urgencias de Pediatría 12 de octubre
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Manual 1-400 29/11/10 17:18 Página 179
Algunas intoxicaciones específicas 179
Clínica
La existencia, localización e intensidad de las lesiones dependen de la
cantidad, las propiedades físicas y la concentración del producto ingerido,
y del tiempo que el agente permanece en contacto con la mucosa.
• Los síntomas más frecuentes son disfagia, salivación, dolor en la boca
y en la garganta.
• Si hay disfonía y/o estridor nos indicarán afección de la laringe, epi-
glotis o hipofaringe.
• Si hay odinofagia y/o disfagia orientarán lesión localizada en el esófago.
• La existencia de epigastralgia, náuseas o hematemesis orientan hacia
una afectación gástrica.
• La existencia de taquipnea, disnea, dolor torácico, enfisema subcutá-
neo y shock indican perforación esofágica.
• Signos de irritación peritoneal indican perforación gástrica.
• El contacto de la sustancia con la piel puede producir eritema, edema,
vesículas y, en caso de ácidos fuertes, ulceración cutánea.
• La ausencia de lesiones orofaríngeas no descarta la existencia de gra-
ves quemaduras en esófago o estómago.
Actitud
• Identificar el producto, componentes (y pH), concentración, cantidad
ingerida y tiempo de contacto.
• No usar carbón activado ni hacer lavado gástrico.
• El uso de diluyentes no suele ser efectivo salvo que se empleen en los
primeros 30 minutos de la ingesta (agua o leche).
• Si hay lesión ocular o dérmica: irrigación copiosa con suero fisiológico
(15 min).
• Mantenimiento de la vía aérea, dieta absoluta, analgesia, suerote-
rapia.
• Valoración por cirugía infantil.
• En caso de síntomas compatibles (disnea, estridor, broncoespasmo…):
radiografía de tórax y abdomen para descartar neumonitis, mediastini-
tis o perforación.
Tras la ingestión de cáusticos siempre está indicado el ingreso, salvo casos
de ingesta dudosa sin signos clínicos o productos con lejía y amoníaco dilui-
dos de uso casero.
Algunas intoxicaciones específicas 179
Clínica
La existencia, localización e intensidad de las lesiones dependen de la
cantidad, las propiedades físicas y la concentración del producto ingerido,
y del tiempo que el agente permanece en contacto con la mucosa.
• Los síntomas más frecuentes son disfagia, salivación, dolor en la boca
y en la garganta.
• Si hay disfonía y/o estridor nos indicarán afección de la laringe, epi-
glotis o hipofaringe.
• Si hay odinofagia y/o disfagia orientarán lesión localizada en el esófago.
• La existencia de epigastralgia, náuseas o hematemesis orientan hacia
una afectación gástrica.
• La existencia de taquipnea, disnea, dolor torácico, enfisema subcutá-
neo y shock indican perforación esofágica.
• Signos de irritación peritoneal indican perforación gástrica.
• El contacto de la sustancia con la piel puede producir eritema, edema,
vesículas y, en caso de ácidos fuertes, ulceración cutánea.
• La ausencia de lesiones orofaríngeas no descarta la existencia de gra-
ves quemaduras en esófago o estómago.
Actitud
• Identificar el producto, componentes (y pH), concentración, cantidad
ingerida y tiempo de contacto.
• No usar carbón activado ni hacer lavado gástrico.
• El uso de diluyentes no suele ser efectivo salvo que se empleen en los
primeros 30 minutos de la ingesta (agua o leche).
• Si hay lesión ocular o dérmica: irrigación copiosa con suero fisiológico
(15 min).
• Mantenimiento de la vía aérea, dieta absoluta, analgesia, suerote-
rapia.
• Valoración por cirugía infantil.
• En caso de síntomas compatibles (disnea, estridor, broncoespasmo…):
radiografía de tórax y abdomen para descartar neumonitis, mediastini-
tis o perforación.
Tras la ingestión de cáusticos siempre está indicado el ingreso, salvo casos
de ingesta dudosa sin signos clínicos o productos con lejía y amoníaco dilui-
dos de uso casero.