Page 129 - Manual de Urgencias de Pediatría 12 de octubre
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110 P. Avedillo Jiménez, M. Marín Ferrer

siones las lesiones pueden tener morfología troquelada por el agente
causal: mordedura, la distancia entre la huella de los caninos > 3 cm.
indica que es de adulto, cuerda, hebilla, dedos de la mano, etc.
Quemaduras: las quemaduras secas por contacto suelen tener bordes
nítidos y precisos, con la forma del objeto utilizado (plancha, cigarros,
utensilios de cocina, etc.) y se localizan en partes cubiertas y en zonas
de castigo. Las escaldaduras, producidas por contacto con un líquido
caliente, son más frecuentes y suelen presentar bordes nítidos, forma
de guante o calcetín o en casquete en glúteos (por inmersión de partes
acras) y profundidad homogénea. Suelen ser bilaterales y sin lesiones
típicas de salpicaduras.
También se puede encontrar arrancamiento o fracturas de dientes, alo-
pecias por arrancamiento o decúbitos prolongados y laceraciones en boca.
• Lesiones óseas: se deben buscar signos de fractura: dolor, deformidad
ósea, crepitación, etc.
• Traumatismo craneal: son la principal causa de muerte en los niños
maltratados. Se encuentran desde traumatismos simples del cuero cabe-
lludo con edema, alopecia traumática, cefalohematoma o desgarros,
hasta traumatismos complejos con fracturas múltiples y lesiones intra-
craneales: hematoma subdural, hemorragia subaracnoidea, etc. El sín-
drome del niño zarandeado se produce por sacudidas bruscas del niño
que provocan hemorragias retinianas bilaterales y hematoma subdu-
ral o hemorragia subaracnoidea. Puede asociarse con lesiones vertebra-
les y medulares.
• Lesiones viscerales: son raras pero producen una gran mortalidad,
sobre todo las intraabdominales.
• Región ano-genital: los niños no suelen presentar lesiones en los geni-
tales. En las niñas la exploración se debe realizar en posición genupec-
tural, de rodillas, apoyándose en los codos o en posición de rana, en los
brazos de la madre. Hay que evaluar la existencia de daños físicos evi-
dentes en la vulva, lesiones, infecciones o inflamaciones y restos de
secreciones, la integridad del himen (escotaduras, irregularidades) y su
diámetro horizontal de apertura; un orificio himeneal grande no permi-
te establecer el diagnóstico pero es sugestivo del mismo.
El ano se explora en niños y niñas, colocándole en decúbito lateral
con las rodillas contra el tórax. Se debe investigar la presencia de hema-
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